Si todavía alguien tiene dudas del significado del término feminismo, nada más fácil como visitar la web de la RAE y teclear en su buscador esta palabra. La definición que nos aporta este diccionario es la siguiente: «Principio de igualdad de derechos de la mujer y el hombre». En una época tan avanzada a todos los niveles como lo es la actual, resulta incomprensible e inaceptable tener que combatir todavía actitudes machistas como lo son cualquier tipo de abuso o la cosificación de la mujer. La mejor medida para que ninguna mujer se vea obligada a vivir situaciones como estas es educar en igualdad de género. Desde PLATEA FORMACIÓN queremos celebrar el Día Internacional de la Mujer con propuestas que pueden contribuir a que todos y todas formemos una sociedad más igualitaria y más sana.
Educar en igualdad de género: estas son nuestras propuestas
- Educar en la igualdad y el respeto. Desde bien pequeños tenemos que enseñarles a los niños que hombres y mujeres somos iguales, que poseemos los mismos derechos y obligaciones, y que el trato hacia los demás debe regirse siempre por el respeto.
- Ampliar y normalizar (de verdad) el concepto de familia. Aunque parezca increíble, todavía algunos sectores de la sociedad no conciben que un niño o una niña pueda tener dos papás o dos mamás. Quizá esto suene algo populista, pero queremos lanzar algunas preguntas: ¿Es mejor que un niño tenga un padre y una madre que no se soportan, que no le presten atención o que lo endosen al primer pariente de turno? ¿Es mejor crecer en una familia «tradicional» sin amor o incluso presenciar cómo tu padre maltrata a tu madre? Aquí solo existe una respuesta válida: No. Lo más importante para un niño es sentirse querido, protegido y atendido sea como sea la pareja que ha decidido tener a ese hijo.
- Destruir los roles y estereotipos de género. Este es uno de los cimientos cruciales para educar en igualdad de género. Con esta propuesta queremos referirnos a que hay que poner fin al hecho de inculcar comportamientos, gustos o preferencias que se esperan de un niño o de una niña en base a su sexo. Vamos a poner ejemplos claros: regalarle una moto de juguete a un niño pero una cocinita o un muñeco nenuco a una niña; disfrazar a una niña de princesa y al niño de superhéroe; apuntar a un niño sin preguntarle a clases de fútbol y a la niña a clases de ballet. ¿No puede un niño querer jugar con un nenuco o con una cocinita sin que sus padres se escandalicen? ¿No puede una niña apuntarse a fútbol en lugar de a ballet? Cuidado con este punto porque, aunque sin mala intención, el hecho de asignar estereotipos de género lo hacemos continuamente.
- Niños y niñas tienen que ayudar en casa por igual. Aunque no queremos generalizar, vamos a poner una situación: Dos hermanos, un niño y una niña, hace 50 años. La niña pone y quita la mesa y además se hace su cama. El niño, ni lo uno ni lo otro. Ahora esto parece impensable, pero no está de más recordar que para educar en igualdad de género hay que calar en los pequeños la idea de que hombres y mujeres tienen que colaborar por igual en las labores domésticas.
- Mucho ojo con los cuentos de princesas que necesitan ser salvadas por un príncipe. Si queremos educar en igualdad no podemos proyectar en las niñas el mensaje de que son más débiles que los hombres y que ellos tienen que protegerlas. Disney nos ha hecho soñar pero también ha causado mucho daño. La Bella y la Bestia, por ejemplo, además de transmitir que la belleza está en el interior cuenta una historia peligrosa: un «hombre» retiene en su casa a una mujer a la fuerza, la obliga a quedarse en un castillo contra su voluntad. La actriz Itziar Miranda, por ejemplo, tiene una colección de cuentos donde narra las hazañas de grandes mujeres como Jane Goodall, Frida Kahlo o Coco Chanel, libros que son perfectos para que los lean niños y niñas.
- Prevenir comportamientos violentos y no normalizar los piropos. Ni es aceptable que un desconocido opine sobre el cuerpo de una mujer, como tampoco lo es que un hombre ejerza violencia del tipo que sea hacia una mujer. Cuando se ven películas con niños y presentan este tipo de situaciones, hay que explicarles que son comportamientos negativos y peligrosos que no deben asimilar ni imitar. Por otra parte, y más de cara a los adolescentes, hay que transmitirles que somos personas libres, que los celos son insanos y que no hay que permitir que una pareja te controle, te diga cómo vestir, te coja el móvil o se meta en tus redes sociales.
- Lenguaje inclusivo. Para educar en igualdad de género, el lenguaje inclusivo es otra de las medidas que deben llevarse a cabo. Que los niños comprendan que no pasa nada si alguien hace un plural en femenino aunque haya niños también en la clase, igual que las mujeres han estado incluidas siempre en los plurales masculinos sin sentirse ofendidas.
- Leer autoras. ¿Cuántos libros nos han mandado leer en el cole de autores masculinos y cuántos de autoras femeninas? La respuesta la obviamos porque sabemos cuál es. No estimamos que la solución pase por dejar de leer a grandes escritores, por supuesto que no. Pero las mujeres constituimos la mitad de la población y escritoras como Virginia Woolf, Isabel Allende, Elvira Sastre, Amélie Nothomb o Elena Ferrante merecen ser leídas y valoradas.
Esto es una pequeña muestra de cómo educar en igualdad de género. Nos encantaría que comentaras el post añadiendo más propuestas que nos ayuden a mejorar como sociedad.