¿Qué opinión te merece una empresa que anuncia una y otra vez una misma vacante de empleo? Resulta extraño que ningún candidato sea lo suficientemente bueno, ¿no? ¿O es que tal vez son ellos los que empiezan a trabajar en la compañía y a las pocas semanas se van? Pues bien, todos estos interrogantes que ha conseguido sembrar esa empresa en tu cabeza es el employer branding, es decir, la imagen que proyecta una empresa como empleadora. ¡Te lo contamos todo!

Employer branding: definición del concepto

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Una empresa no elige si quiere tener o no employer branding: lo posee por el mero hecho de existir y se acentúa gracias a las redes sociales y a los portales de búsqueda de empleo. En la introducción hemos apuntado un caso que se observa a menudo en plataformas como LinkedIn o Infojobs: un mismo puesto de trabajo publicado una y otra vez. De esta situación se desprende que en esa empresa existe mucha rotación, característica que nunca gusta a un candidato porque él será el siguiente en entrar y probablemente también en salir de ella.

En ese tipo de circunstancias hay dos posibilidades: que la vacante esté mal diseñada porque las funciones del puesto son inabarcables, o bien que el director o directora a la que hay que reportar tenga un trato difícil. Sin embargo, podemos hablar del ejemplo contrario: empresas que nunca publican ofertas de trabajo y, aunque presentes una autocandidatura, no te llaman porque todos los perfiles que se necesitan están cubiertos.

Si eres de las personas que siempre han soñado con formar parte de una empresa en concreto, seguro que te preguntas: ¿Pero qué pasa en esa empresa? ¿Qué les dan a los empleados para quedarse ahí durante tanto tiempo? ¿No se jubila nadie? ¿No hay ninguna trabajadora embarazada o algún trabajador con permiso de paternidad? Puede haber cientos de razones distintas por las que la gente no sale de esa empresa, pero lo que está claro es que la organización ha conseguido atraer y, lo que es más importante, retener el talento.

Pero volvamos al concepto de employer branding. Se trata de un término que se acuñó en Estados Unidos en la década de los 60, pero es ahora cuando ha adquirido gran popularidad en el ámbito empresarial. El employer branding no se construye de un día para otro, sino que es una estrategia a largo plazo que actúa hacia dentro y hacia fuera de la empresa. Por una parte, es una técnica orientada a transmitir los valores de la compañía a los empleados y a gestionar las percepciones que los trabajadores tienen de la filosofía de la empresa. Por otra parte, posee otra vertiente enfocada a construir una imagen de empresa atractiva para trabajar.

Tal y como sostienen Francisco Blasco, Susana Fernández Lores y Almudena Rodríguez Tarodo en Employer branding: estudio multinacional sobre la construcción de la marca del empleador, una empresa como empleadora posee la misma finalidad que cualquier marca comercial: fidelizar los clientes que ya se tienen y atraer a los clientes potenciales. Aquí en lugar de clientes nos referiríamos a los trabajadores en plantilla y a los posibles candidatos.

Cómo diseñar una estrategia de employer branding

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Ahora que ya sabemos lo que es con exactitud el employer branding, el siguiente paso es fomentar una imagen positiva de tu empresa como marca empleadora. Estas son las fases que se deberían seguir:

-Profundo análisis de la compañía. Este es probablemente uno de los puntos clave en una estrategia de employer branding. ¿Podrías definir con claridad cuál es la misión, la visión y los valores de tu empresa? ¿Qué valores transmites a tus empleados? ¿Cómo querrías que te percibieran los futuros candidatos? ¿Podrías enumerar tus puntos fuertes y tus debilidades? Si quieres conocer lo que se opina de tu empresa, una herramienta útil para ello es Glassdoor.

-Comunica tu PVE (Propuesta de Valor al Empleado). Comunícale a tu empleado desde el principio qué le ofreces tú para que se quede a trabajar en tu empresa, qué es eso que le aportas por lo que merece la pena que forme parte de tu compañía. La Propuesta de Valor al Empleado no es solo el salario, sino otra serie de beneficios: flexibilidad horaria, posibilidad de promoción, buen ambiente de trabajo, teletrabajo… El objetivo es lograr que tus propios empleados se conviertan en los mejores embajadores de marca.

Dirígete solo al talento que quieras atraer. Una de las bases sobre las que se asienta el marketing es la segmentación: ninguna marca es apta para todo el mundo, ninguna. Lo mismo sucede con las empresas: si quieres evitar la rotación, busca y dirígete a tu candidato ideal. ¿Quieres un perfil junior o senior? ¿Das más importancia a las habilidades técnicas o a las soft skills? ¿Necesitas un perfil que pueda hacer horas extra o no es necesario? Reflexiona sobre todas estas cuestiones y comunica en consecuencia.

-Pon en marcha un plan de comunicación interna y externa. La empresa que no comunica en pleno siglo XXI no existe. Es vital tener canales por los que tus potenciales candidatos te puedan conocer: página web, LinkedIn, Instagram, Facebook… Y en las redes sociales es importante humanizar la empresa para que resulte atractiva de cara a los nuevos candidatos. Sin embargo, no se puede obviar la comunicación interna. Reúne a tus empleados, cuéntales las nuevas medidas, pídeles su opinión… Porque, al final, un trabajador que no sabe lo que ocurre en tu empresa no te va a recomendar como una buena empresa empleadora.

Podemos comentar algunas empresas con un buen employer branding. Google, por ejemplo, es famosa por la cantidad de beneficios que ofrece a sus empleados: las salas de descanso, las ayudas para cursos, el servicio de transporte gratuito… Mailchimp, por su parte, se siente orgullosa de sus trabajadores y ellos protagonizan muchas publicaciones de sus redes sociales. Y Netflix, ejemplo de empresa modelo en muchas áreas, tiene una filosofía de trabajo que se basa en resolver problemas con compañeros geniales.

Y tú, ¿te animas a aportarnos más ejemplos? ¡Comenta el post o escríbenos!

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