La felicidad laboral no es una moda efímera, sino una tendencia que pretende instalarse en el día a día de las empresas. Un empleado que es feliz en su trabajo es más productivo, y la VII Encuesta Adecco sobre Felicidad en el Trabajo revela que el 23,4% de los trabajadores no son felices. Existen compañías que ya cuentan con la figura del Chief Happiness Officer o director de la Felicidad, cuya principal misión es garantizar la felicidad de los trabajadores. Vamos a aportar algunas acciones que la empresa puede poner en marcha para fomentar la felicidad laboral.

Felicidad laboral: políticas que funcionan

«La felicidad laboral es el gap positivo existente entre la experiencia de empleado y las expectativas que este tiene», sostiene María García, cofundadora de Smart Culture. Sin embargo, cabe apuntar que esta felicidad es tarea de dos: la empresa puede apostar por políticas que hagan feliz al empleado, pero este ha de mostrar una actitud positiva hacia las mismas.

  • El jefe no debe ser el enemigo. Para que un equipo funcione es vital la figura del líder: una persona que motive a los integrantes, que los guíe, que sirva de inspiración y que suponga un punto de apoyo. Para alcanzar esa felicidad laboral de la que tanto se habla es necesario que el jefe sea percibido como un líder carismático y no como alguien que suscita miedo. Los empleados tienen que sentir que la persona que dirige el equipo forma parte de él, y que al igual que les da pautas para mejorar también reconoce sus logros. Es imposible que los empleados sean felices si temen al jefe.
  • Flexibilidad y conciliación. Las estructuras rígidas ya no son eficaces, y las empresas que se empeñen en imponerlas no serán capaces de retener el talento. Políticas como el horario flexible, el teletrabajo o salir al mediodía los viernes son cada vez más habituales. Si un empleado siente que la empresa le facilita que concilie su vida laboral con la personal, lo más probable es que desarrolle un sentimiento de lealtad hacia la compañía.
  • Buen ambiente laboral. Uno de los factores que influyen en la felicidad laboral son las relaciones que se forjan en el trabajo. No se trata de intentar que los trabajadores se conviertan en amigos íntimos, pero sí de que se respire un compañerismo sano. Organizar actividades que incentiven el teambuilding (ir a un scape room, una comida de Navidad, las cañas de los viernes…) es una táctica que siempre va a favorecer a la empresa. Si un empleado duda entre cambiar o no de trabajo y mantiene una buena relación con sus compañeros, está claro que este factor influirá en que conserve el empleo actual.
  • Formación en el trabajo. Si un trabajador llega a la conclusión de que ya ha aprendido todo lo que podía en su puesto de trabajo y la empresa no le aporta nada nuevo, lo más probable es que quiera buscar otro empleo. Para la felicidad laboral de los empleados es importante que se les brinde un aprendizaje constante y que se les propongan nuevos retos.
  • La opinión de los trabajadores tiene que ser escuchada. No se trata de consultar con los empleados todas las decisiones, pero quizá ellos puedan alertar de procesos que no funcionan y seguro que también hay otras cuestiones que pueden someterse a consenso.
  • Salario emocional. No todas las empresas pueden pagar salarios ambiciosos a sus empleados, pero tal vez sí pueden darles los puentes, tener un detalle con ellos por su cumpleaños, regalarles una cesta de Navidad … Se trata de pequeños gestos que repercuten de manera positiva en la felicidad laboral.

Y tú, ¿qué otras políticas añadirías? Cuéntanoslo en los comentarios.

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